Como un complemento imprescindible al post "Estilos de Hatha Yoga", donde he querido ofrecer una descripción más técnica sobre ellos, EXPERIENCIAS quiere recopilar de una forma personal y cercana cómo han vivido amigos y profesionales del Yoga, la senda o estilo que más les gusta practicar, o por el contrario, aquella que nos les ha gustado y porqué.
IYENGAR YOGA por Inti Sologuren Marrero VOLVER a Estilos de Hatha
Después de haber probado diferentes estilos de Hatha Yoga, puedo comentar lo que el estilo Iyengar me ha aportado.
Primeramente, poner la atención en distintas partes del cuerpo a la vez, y de forma bastante específica, no es tan fácil. Incluso posturas que pensaba tenía cierto domino, ¡me parecieron nuevas! Si a eso añades las indicaciones de relajar las tensiones innecesarias, como puede ser la cara, lengua, ojos, la fluidez en la respiración o en no contraer más músculos de los necesarios se complica. Todo esto que en principio me pareció algo “estresante” y forzado, con la práctica y tras un periodo de adaptación empezó a tener sentido.
La consciencia corporal empezaba a llegar allá donde antes no llegaba sólo con poner la atención. Vas dándote cuenta de movimientos y estiramientos más sutiles en cada postura. Aprendes a usar la fuerza justa (sin duda necesaria) sin derrochar energía innecesaria. También el uso de soportes facilita algunas posturas y me permite centrarme en determinados detalles.
Primeramente, poner la atención en distintas partes del cuerpo a la vez, y de forma bastante específica, no es tan fácil. Incluso posturas que pensaba tenía cierto domino, ¡me parecieron nuevas! Si a eso añades las indicaciones de relajar las tensiones innecesarias, como puede ser la cara, lengua, ojos, la fluidez en la respiración o en no contraer más músculos de los necesarios se complica. Todo esto que en principio me pareció algo “estresante” y forzado, con la práctica y tras un periodo de adaptación empezó a tener sentido.
La consciencia corporal empezaba a llegar allá donde antes no llegaba sólo con poner la atención. Vas dándote cuenta de movimientos y estiramientos más sutiles en cada postura. Aprendes a usar la fuerza justa (sin duda necesaria) sin derrochar energía innecesaria. También el uso de soportes facilita algunas posturas y me permite centrarme en determinados detalles.
Algo que me ha gustado bastante conocer es que el Yoga Iyengar está basado en los Sutras de Patanjali, lo que le da una profundidad espiritual en consonancia con otras ramas del Yoga.
Podríamos decir que el estilo Iyengar es bastante accesible a cualquier tipo de persona, haya o no practicado yoga antes, sin importar la edad o incluso con lesiones o dolencias. Quizás no es adecuado para quien busque algo más dinámico (vinyasa), o menos intenso y detallista, o que guste de hacer posturas más “avanzadas” (arcos, sobre la cabeza, etc) o pranayamas desde el principio, ya que no se enseñan en las primeras etapas de aprendizaje.
Sin duda me ha valido como una base firme sobre la que seguir mejorando mi práctica en éste u otros estilos.
Profesor de Hatha Yoga
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